Los océanos se están calentando a una velocidad cada vez mayor, los glaciares se están derritiendo, las variaciones de temperatura están provocando tormentas más intensas y frecuentes. En fin, el cambio climático es una realidad que ya estamos viviendo. Por ello, los gobiernos del mundo están tomando medidas para frenarlo y las empresas son cada día más conscientes del impacto ambiental de sus procesos.
Un punto clave para combatir el calentamiento global y alcanzar las metas del Acuerdo de París, que establece medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es la transición energética. Es decir, la descarbonización del sistema energético, de los procesos industriales y del transporte.
No obstante, es importante que la apuesta por cambiar el uso de combustibles fósiles por energías renovables no solo sea una cuestión impulsada por las tendencias globales, sino un compromiso bien planificado de la industria. De este modo, el proceso podrá ser sostenible en el tiempo y contribuir a una verdadera transformación del sector.
La energía solar como eje de la transición energética
La transición energética no es un proceso nuevo. El mundo ya ha vivido este tipo de cambios: en el siglo XIX con el paso de la madera al carbón y el siglo XX con el del carbón al petróleo. Lo que diferencia la transición del siglo XXI es el componente medioambiental, pues ahora la necesidad no se centra únicamente en obtener una fuente de energía más eficiente, sino también más respetuosa con el entorno.
La quema de combustibles fósiles es uno de los principales responsables del calentamiento global, afirman en el Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Por esta razón, la inversión en energías limpias es una de las acciones clave para el desarrollo sostenible, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas.
En este sentido, el desarrollo de las energías renovables no convencionales, como la energía solar fotovoltaica y la eólica, debe ser una prioridad en el sector energético durante los próximos ocho años, según señala la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés).
La energía solar, en particular, se ha convertido en una de las protagonistas de la transición energética por sus amplios beneficios frente a otras fuentes de energía. Y no solo comparada con las provenientes de combustibles fósiles, sino también frente a otras energías renovables ya maduras como la hidroeléctrica.
Si bien es cierto que todas las fuentes de energía tienen un impacto en el medioambiente, incluso las renovables, la solar destaca, entre otras cosas, por:
- No emitir gases de efecto invernadero.
- Ser un recurso inagotable.
- Ser más económica que otras fuentes de energía.
- Permitir el almacenamiento de energía a través de sistemas de baterías.
Cómo hacer la transición energética de forma efectiva y sostenible
Uno de los objetivos de la transición energética es que las industrias puedan tener la energía que necesitan para operar sin contaminar. Sin embargo, este cambio no se puede hacer de un día para otro, simplemente instalando paneles solares en el techo para producir, por ejemplo, energía eléctrica limpia.
La clave para alcanzar la eficiencia energética y un cambio total hacia el uso de fuentes renovables en el sector industrial está en la creación de una hoja de ruta. Este concepto hace referencia a un plan de acción o estratégico, a corto o largo plazo, que establece una serie de pasos para lograr un fin.
Si se utiliza con el objetivo de transformar la matriz energética de las industrias, la hoja de ruta puede incluir medidas sobre innovación, asociaciones público-privadas, políticas y la financiación necesaria para la generación de energía libre de emisiones de carbono.
El papel de la electrificación en la transición energética
Para reducir el consumo de energía proveniente de fuentes contaminantes y lograr la descarbonización de la industria, las nuevas tecnologías son clave. En este sentido, la electrificación procedente de fuentes renovables es el mayor facilitador tecnológico para la reducción de emisiones.
Así lo confirma una investigación de Deloitte, en la que aseguran que en el sector industrial hay un amplio acuerdo sobre la idea de que la electrificación es fundamental para desbloquear y acelerar la transición energética. Sin embargo, destacan que para que esto sea así se necesita:
- Una política gubernamental de apoyo.
- Una infraestructura de red mejorada.
- Mayor capacidad de energías renovables.
De acuerdo con ese estudio, las tres tecnologías que tendrán un mayor impacto en la velocidad de la transición energética antes de 2030 son: la energía solar (considerada como la más importante entre los encuestados), la energía eólica y la captura y almacenamiento de carbono.
En Colombia, por ejemplo, hay excelentes oportunidades para la electrificación, y por ende, para la transición energética. Por un lado, existe una sólida política de apoyo para el uso de energías renovables, como los beneficios tributarios, y por el otro, hay un enorme potencial solar en el país por su ubicación geográfica.
Tanto es así que la participación de la energía renovable continúa aumentando año tras año. La capacidad instalada de energía solar en el país tuvo un incremento constante en el periodo de 2015 a 2021, pasando de 1 a 184 megavatios. Si se compara el aumento de 2020 a 2021, el crecimiento fue de 113,95%, según datos de Statista.
Conclusiones:
Es importante tener en cuenta que si bien la mitigación del cambio climático es un poderoso impulsor de la sustitución de la generación de energía basada en combustibles fósiles, no es el único. La energía renovable, especialmente la solar, se ha convertido en la forma más económica de generar electricidad y los costos continúan cayendo gracias a las mejoras tecnológicas y las economías de escala.
Puntos importantes:
- Un elemento clave para combatir el calentamiento global y alcanzar las metas del Acuerdo de París es la transición energética.
- La quema de combustibles fósiles es uno de los principales responsables del calentamiento global.
- El desarrollo de las energías renovables no convencionales, como la energía solar fotovoltaica y la eólica, debe ser prioritario en el sector energético durante los próximos ocho años.
- La energía solar se ha convertido en una de las protagonistas de la transición energética por sus amplios beneficios frente a otras fuentes de energía.
- La clave para alcanzar la eficiencia energética y un cambio total hacia el uso de fuentes renovables en el sector industrial está en la creación de una hoja de ruta.