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Home Educación Energía solar: autonomía energética en zonas sin acceso a electricidad

La energía solar se convierte poco a poco en la base de la transición energética en Colombia. Tan solo en julio de 2022, esta fuente renovable generó un total de 1,30 GWh (gigavatios por hora) cada día, es decir, 29,53% más que el mes anterior; adicionalmente, se ha establecido como meta la puesta en marcha de 2.500 MWp (megavatios pico) para finales de 2022 y 2.000 MWp adicionales a lo largo de 2023.

Sin embargo, una de las grandes interrogantes derivadas de esta innovación tecnológica acelerada es: ¿Cómo extender el alcance e impacto positivo de los proyectos fotovoltaicos hacia aquellas poblaciones ubicadas en zonas de difícil acceso?  A continuación, descubrirás qué es una comunidad energética y los beneficios de la implementación de la energía solar como modelo de desarrollo social.

Comunidades energéticas: proyectos fotovoltaicos como dinamizadores sociales

Una comunidad energética describe una asociación que se encarga de la planificación de proyectos fotovoltaicos mediante la cooperación civil, estatal y privada. De esta forma, su propósito consiste en la democratización del acceso a la energía teniendo en cuenta tres aspectos esenciales:

  • Territorio: los usuarios deben permanecer dentro del área de influencia de la instalación solar. Por lo general, esta área tiene una extensión aproximada de 500 metros de radio.
  • Autoconsumo: la electricidad generada es completamente limpia y se utiliza para cubrir la demanda energética de la comunidad.
  • Libre participación: las personas (naturales o jurídicas) pueden entrar o salir del proyecto fotovoltaico en el momento en que así lo consideren.

De acuerdo con Rafael Larreina, experto invitado en el capítulo 23 del podcast What Watt, el proceso de conformación de una comunidad energética requiere de los siguientes pasos:

  •   La organización de un grupo de personas con conciencia medioambiental e interesadas en la materialización de alternativas renovables al servicio de la comunidad . Durante esta etapa se llevan a cabo reuniones informativas del proyecto fotovoltaico para que otras personas se unan a la iniciativa.
  •   El análisis de la posible demanda energética total correspondiente a la comunidad. Así, es posible evaluar cómo adaptar dicho consumo a los picos de generación fotovoltaica, es decir, las horas de sol disponibles.
  •   La realización de un informe con el diseño preliminar (prototipo) de la planta de energía solar. En este paso se incluyen variables técnicas (como paneles solares, cableado, acondicionamiento, entre otros elementos necesarios para la estructura operativa) y presupuestarios (costos relacionados con la adquisición del equipo y mano de obra empleada para su construcción).
  •   La asesoría de expertos para sistematizar la producción de la planta de energía solar una vez terminada. Esto implica la creación de normativas o estatutos comunitarios que dicten la distribución y aprovechamiento de la electricidad generada.

Comunidades energéticas: beneficios para las Zonas No Interconectadas

En Colombia, las Zonas No Interconectadas (ZNI) corresponden a aquellos municipios, corregimientos, localidades y caseríos que no se encuentran vinculados al Sistema Interconectado Nacional; es decir, están fuera de la cobertura del esquema tradicional de distribución de energía, por lo que carecen de un servicio eléctrico eficiente.

Por consiguiente, el concepto de comunidad energética ofrece diferentes alternativas para el desarrollo de las Zonas No Interconectadas en escenarios:

Políticos

La participación comunitaria sobre el manejo y desempeño de los proyectos fotovoltaicos posibilita el fortalecimiento de la gobernanza energética. Esto es sumamente importante a nivel organizacional, pues las asociaciones logran superar brechas de desigualdad y acceder a fuentes de energía renovable a través de la instauración de mecanismos democráticos. Por ejemplo, la reciente instalación de paneles solares para 500 familias en el Cesar ha contribuido a su autonomía. Antes necesitaban viajar a otros pueblos para procurarse bienes básicos como hielo o cargar sus celulares.

Económicos

Según Rafael Larreina, el sistema tradicional presenta pérdidas (entre el 25% y 45%) en la carga eléctrica transmitida desde la central hasta los hogares destino. En contraste, los proyectos fotovoltaicos representan un ahorro significativo en la medida que la generación y el consumo se realizan en el mismo sitio. Esto disminuye a mediano y largo plazo el costo de la adquisición de los componentes de la granja de energía solar; sobre todo, teniendo en cuenta que la inversión estimada para vincular a las Zonas No Interconectadas se ubica en los COP$8 billones, es decir, COP$20.000.000 por persona.

Ambientales

Uno de los principales problemas de las Zonas No Interconectadas son los costos ecológicos de su dependencia energética, ya que 86% de su generación eléctrica proviene de combustibles fósiles. Por ejemplo, la población de Sipí (Chocó) consume 36 galones de ACPM para una jornada de 10 horas de servicio eléctrico. Por otro lado, un proyecto fotovoltaico consolida una matriz energética renovable y limpia, además de dar lugar a otras prácticas comunitarias centradas en el uso eficiente de los recursos naturales y la mitigación de los efectos del cambio climático mediante una reducción apreciable de la huella de carbono.

Sociales

Las comunidades energéticas solares influyen en el mejoramiento de la calidad de vida con factores como:

  • Cohesión grupal: las personas integrantes refuerzan los lazos colectivos y participan más activamente en la vida comunitaria al existir objetivos comunes.
  • Fuentes de empleo: los proyectos fotovoltaicos se convierten en eje de actividades comerciales. Por ejemplo, en Robles, población de Jamundí (Valle del Cauca), no existe servicio de electricidad. No obstante, la instalación de paneles solares en un vivero comunitario proporciona la energía para los diferentes procesos de cultivo basados en saberes ancestrales con plantas medicinales.

Conclusiones:

En última instancia, las comunidades energéticas centradas en la energía solar presentan oportunidades claras para la transformación integral de las poblaciones en lugares de difícil acceso. En este sentido, hace falta voluntad desde diferentes actores públicos y privados para llevar a cabo el cumplimiento de sus principios de sostenibilidad, ahorro y democratización participativa.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta. Por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

Puntos más relevantes del contenido:

  • La comunidad energética engloba a un conjunto de personas que busca la democratización en el acceso a la energía mediante la construcción de un proyecto fotovoltaico.
  • Los principios de la comunidad energética son el territorio (espacio de usuarios), autoconsumo (cobertura de demanda energética) y libre participación (voluntad de integración).
  • La comunidad energética se inicia con una base social interesada y se proyecta hacia el futuro con unos lineamientos en torno a la distribución equitativa de la energía.
  • Los beneficios de la comunidad energética solar son la gobernanza energética, ahorro, sostenibilidad, cohesión social y generación de empleos.

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Bibliografía

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